sexta-feira, 25 de novembro de 2011

Floripa Instrumental: Músicos e Comunidade da Freguesia afinados


A comunidade do Ribeirão da Ilha já vive o clima de confraternização musical que o Floripa Instrumental promete para o próximo final de semana. As melhores cozinheiras da região, reunidas no grande salão comunitário da Paróquia Nossa Senhora da Lapa, preparam os ingredientes que farão parte de um banquete destinado a saciar o apetite de quem for curtir os dois dias de música. Dos torpedos de camarão e ostras gratinadas ao risoto de camarão, o festival gastronômico promete. Como se não bastasse, os músicos que farão parte da festa na Freguesia, já adiantaram que tocar naquele local será de uma inspiração “divina”.


Arismar do Espírito Santo, que faz um dos shows mais esperados do sábado, ao lado de Toninho Horta e Robertinho Silva, avisa que não vê a hora de tocar em um lugar “abençoado” como o Ribeirão da Ilha, que segundo ele, tem um povo extremamente musical. “Vamos tocar o repertório de nosso disco, Cape Horn, e também alguns hits, como Beijo Partido e Manuel, o Audaz, de Toninho; e Sonhando Acordado e Vestido Longo, meus”, diz. O multi-instrumentista também espera encontrar grandes amigos entre os músicos que tocam no sábado, como o trompetista gaúcho, Jorginho do Trompete. “Vai ser genial poder encontrar o Jorginho e todos os músicos que participam desse festival”, lembra Arismar.

O mesmo espírito de confraternização também move o violonista Yamandu Costa, que toca com os músicos do Ginga do Mané. “Estou feliz por poder voltar à Ilha e encontrar todo mundo de novo, em um festival já pode ser considerado um patrimônio cultural da cidade, não é mesmo?”, enfatiza Yamandu, recém saído do estúdio onde finaliza seu mais recente trabalho. O violonista adianta que vai tocar duas músicas solo e depois cair no choro com os músicos do Ginga. “Sou um chorão por opção, porque essa é a minha praia, e uma linguagem que todo músico brasileiro deve dominar”, diz. O músico gaúcho, radicado há 10 anos no Rio de Janeiro, adianta que também está finalizando um disco só com composições próprias, que estão sendo mixadas em um estúdio no Rio Vermelho, no norte da Ilha.

Para Zito Nerto Fraga, coordenador do Conselho Pastoral Comunitário da Paróquia, a população do Ribeirão, verdadeiros anfitriões da festa, já estão mobilizadas para acolher o público e fazer novamente do Floripa Instrumental um momento mágico e inesquecível para a cidade. Ele lembra que a Banda da Lapa, entidade fundada há 115 anos no Ribeirão, e que encerrará o evento no domingo, está contagiada pela alegria e as parcerias que o festival proporciona. Com um trabalho comunitário e cultural muito bem estruturado na região, a Banda da Lapa conta com aproximadamente 25 músicos das mais diversas idades e procedências, acolhidos no Ribeirão. “Não quero arriscar, mas diria que o Floripa Instrumental, de tantas nuances musicais e com tantos músicos de primeira linha, pode acabar em carnaval, nas mãos dos nossos músicos da Banda da Lapa”, diverte-se Zito.

quarta-feira, 9 de novembro de 2011

De Viaje por La Feria

                                                                                                                       por Michel Croz

“Damos vueltas en la noche y somos consumidos por el fuego”
palíndromo latino y título del film de Guy Debord

Los libros son frontera. Conflagrada. Su condición es la de transgredir fronteras y limitaciones humanas. Los libros vagaron por los espacios del Parque Internacional. Durante 4 días. Se posaron los libros, por entre marcos y límites que no limitan ni dividen nada, “border line”,en una suerte de viaje vagabundo y apasionado. Los libros nos ganaron. Le ganaron a la mentalidad bovina de nuestras ciudades tan pobremente “fenicias”, tan “free”.
Pero resulta que uno no elige, somos elegidos. La gente piensa que el escritor escribe, que el poeta “poieseia”, que el lector lee; pero no es eso. Es otra cosa. Es un destino. Séptimo sello. Es la noche cerrada y sin salida. Escribir es algo de eso. Después hay un viaje: desde la gente que escribe a la gente que lo publica y finalmente al “espectador” que lee. En la Feria. Entre las carpas de los milicos, dentro: un mundo. Polifonía de voces habitadas (título de un libro escrito por Marta Pujol y por mí). El viaje empezó el 3 y se fue hasta el 6 de noviembre en el Parque Plaza Internacional. Para el próximo sugiero: exponer los nuevos soportes multimediales: e-books, cds, dvds etc… Tambien las fronteras materiales de la “especie libro” deberán ser transgredidas. Yo sigo prefiriendo el papel, el objeto libro. Pero reconozco una nueva contemporaneidad sobremodernizada: las fronteras deben licuarse (Bauman).

También fue el encuentro de escritores y lectores, de gestores y libreros, de gente e
instituciones de Riveramento. Muchos estuvieron allí. Podrían haber sido más (pero ¿para
qué masificar? Éxito es condición de consumo. El libro se merece algo más que participar de una industria cultural. Por otro lado no se le puede negar lo que es: una industria cultural. Em fin… “yo me contradigo, pues bien yo me contradigo, soy amplio abrigo multitudes” decía Walt Whitman).
Fue una apuesta, la Feria. La primera pasó sin pena ni gloria. Pero fue alfa. Necesaria. La segunda fue asumida por las intendencias y por otros actores sociales fronterizos. Un acierto: el lugar. Otro acierto: Una comisión autónoma. Y otro, otro acierto: la elección de Carlos Urbim, como patrono del lado de Santana. Un animador con mayúscula: señalado con el fuego de la empatía.
Una palabra para Urbim: el polisémico “entusiasmo” (fui al diccionario y no me equivoque: “Exaltación de la sibilas / Inspiración fogosa y arrebatada del escritor o del artista / Exaltación y fogosidad del ánimo, excitado por cosa que le admire o cautive / Adhesión fervorosa que mueve a favorecer una causa o empeño”.).

La mesa
Llegué el sábado para participar de una mesa que llevaba como título “La Multifrontera hoy y ayer”, idea de mi amiga e investigadora, orgullosamente fronteriza: Liane Chipollino Assef. La mesa se integró con Carlos Urbim, Duda Hamilton, Marlon Assef, la propia Liane, Cacho Silveira, Fabian Severo, Alejandra Rivero y yo.

Fue un recorrido múltiple (y transdisciplinario) con muchas concordancias, pocas discrepâncias y un consenso: la literatura y el arte de frontera merecen ser difundidos en su especificidad lingüística y antropológica. La charla se inició con el poema “Santana” del poeta Olyntho Maria Simoes, saludado por Liane; derivó a otros tópicos; lectura de poemas de Fabián Severo (poeta mayor artíguense) y en un díscolo poema mío; intervenciones muy ajustadas (emotivas y reflexivas de Duda y Marlon), recuerdos del Teatro Florencio Sánchez y un llamado para no dejar privatizar el Teatro Municipal de Rivera, lo denuncio Cacho Silveira; todo ese río de voces desembocaron en una reseña de la profesora de literatura Alejandra Rivero quien habilitó un riquísimo dialogo con los presentes, sobre el gran cronista y novelista del “santanés”, Arlindo Coitinho.

Duda Pinto, Arlindo y los intelectualoides
Un enfático Duda Pinto (columnista de “A Plateia”) confirmó el empeño y la tarea titánica de Arlindo Coitinho. De un Arlindo solitario y poco reconocido por parte de los intelectuales “fashion” (generalmente mediocres) agrupados en la Academia Santanense de Letras y en otros circuitos elitizados. Arlindo fue celebrado (quiero creer que por casi todos los presentes) como el escritor popular contemporáneo que mejor ha reflejado el alma y la historia fronteriza. Urbim, de pie, proclamó para el año siguiente el “premio Arlindo Coitinho” a ser instituido en el marco de la 3era. Feria Binacional (y a pesar del calor: calurosos aplausos!!).

Un corte y una quebrada
El domingo a la noche, por entre cortes de calles y desfiles de carrozas, me instalé a disfrutar de tango y milonga de “Rica Cosa”, un grupo de guitarras criollas montevideanas, tocadas por jóvenes (interesante), para escuchar y aplaudir la alegría “tropicalia” de Urbim y del vicecónsul brasilero en Rivera.

A mi alrrededor Alba, Artur de Marco Zero, los amigos del CUR, un Eddy ya claudicante (fue un gran animador durante toda la feria), una exultante Marta y su afiatado equipo de guris y gurias, tan gentiles que hasta me dieron un vino (al que tuve que declinar –mea culpa mea culpa mea culpa – gracias a la gastritis). Aunque hubo tiempo para una sorpresa hacia el final de los finales: “Vira – Lata”, muchachos y muchachas fronterizos, fronterizas, que fuera de programa propusieron un “toque” de percusión y coreografía con plásticos y latas (por demás interesante).

Otra Feria Otra
Me comentaron que la próxima feria binacional tendrá más apoyos y más espacio de exposición. Y una mejor programación. Creo que hay ganas de hacer cosas, de darle más vida al Parque (ya bastante colonizada por los “pare de sufrir” y otros apocalípticos) y más allá de direcciones de cultura que no manejan presupuestos propios, y de directores con cargos políticos que entienden poco de gestión cultural. Desde nuestro lugar, y para que no nos sigam ganando la noche, seguiremos aportando a estos fuegos tan necesarios.

terça-feira, 8 de novembro de 2011

Segunda Feira Binacional do Livro

A abertura da Segunda Feira Binacional do Livro nos presenteou com um simbolismo marcante, prenúncio do sucesso que vinha à galope. A banda militar que se posicionava no ensolarado Parque Internacional, na verdade não era uma, mas duas. Os músicos do exército uruguaio perfilavam-se aos do exército brasileiro em uma só formação, imperceptível ao cidadão menos avisado. Estávamos eufóricos: Uruguai e Brasil se namoram, se gostam, nada mais separa nossos povos!. Os políticos falaram. Wainer Machado, prefeito de Santana, bem lembrou os vizinhos, do Paraguai, da Argentina, do Chile. Marne Osório, intendente de Rivera, propôs abolirmos de uma vez a expressão “linha divisória” de nosso alfabeto em comum.
Chegava a hora de todos conhecerem os “padrinhos”. O santanense Carlos Urbim, patrono brasileiro, e Tomás de Mattos, o patrono uruguaio, não poderiam ter sido melhor escolhidos para a ocasião. Se Urbim era um guri de pé no chão, a reinar absoluto por seu território de infância, Tomás de Mattos impôs uma energia contagiante, de fé no futuro de nossas nações que se olham em um auto-conhecimento desta vez irreversível. Foram durante todo o tempo, dois literatos que se mostraram em toda sua generosidade, afinados com os anseios de um novo tempo, de uma nova geração, eles mesmos embebidos de uma juventude contagiante.
Na feira, as carpas militares fervilhavam de crianças brasileiras, uruguaias, doble-chapas, enfim...de crianças em estado puro, que participavam com um desejo incontido de engolir o mundo de letras e artes à sua volta. Na Primeira Conferência Binacional de Cultura, Margarete de Moraes, do Ministério da Cultura do Brasil, e Alejandro Gortázar, do Ministério da Educação do Uruguai, mostraram que os governos Dilma e Mujica estão afinadíssimos, mas que temos que fazer acontecer além do institucional. Margarete, interessadíssima em nossas nuances de fronteira; Alejandro, enfático na constatação das mazelas da população local e a situação de risco social dos afrodescendentes. Uma única nota cinza: o secretário de cultura de Santana tinha agenda mais importante para a ocasião e teve de se ausentar do encontro.

O saldo extremamente positivo prevaleceu, no entanto, na figura do embaixador Vitor Gobato, do Consulado Geral do Brasil em Rivera, que demonstrou sua paixão pela fronteira, que deve render uma parceria fundamental para os próximos anos. Entre tantos eventos paralelos, de dramatizações, lançamentos, talleres e debates, nossa mesa, intitulada “ A Multi-Fronteira, Hoje & Ayer”, foi inesquecível. No início da conversa, a idealizadora do encontro, Liane Chipollino Aseff, leu um poema do poeta riverense Olyntho Maria Simões, e sem esperar, nos deparamos com a presença de sua filha logo na primeira fila. Circunstâncias que emocionam. A jornalista Duda Hamilton lembrou da emergência do resgate de nossos acervos documentais, dispersos e em situação de conservação alarmante. Cacho Silveira, o radialista e memorialista riverense, jogou afinado com o teatrólogo e poeta Michel Croz, pedindo pela não-privatização do Teatro Municipal de Rivera. Michel recitou um poema abismal sobre o ser fronteiriço: “Vivo en una ciudad que amo, que ódio, que detesto, que sueño, paraíso lleno de paraísos y cerros y pandorgas y mariamoles, y el infierno tan temido de mis enemigos (que son lo mejor que tengo)”.
Eu lembrei do Parque, ele mesmo um território e personagem de nossa história social, impregnado ainda pelas marcas da chacina dos militantes comunistas em 1950, dos tipógrafos e jornalistas federalistas em 1903, da presença dos exilados e dos espiões da ditadura recente, dos que se alistavam na “Coluna Internacional”, em pleno CTG Fronteira Aberta, no episódio da Legalidade em 1961. Algo em comum com a poesia de Michel, onde demarcamos uma fronteira assinalada por uma luta de classes, a dividir, uma fronteira excludente e por vezes brutal. Como diria o amigo Gilberto Selau, com energias que ainda gravitam ao redor.
Entretanto, a poesia falou ainda mais alto, a literatura marcou pé. O que dizer de Fabián Severo, poeta artiguense que nos trouxe o portuñol, a força de seus versos e uma objetividade à toda prova, ao analisar o que vem a ser afinal uma literatura de fronteira (se é que realmemte existe). Fabián, a “nova paixão literária de Carlos Urbim”, conforme nos confessou o patrono, revelou seu amor pela literatura de João Guimarães Rosa e Simões Lopes Neto, entre um mate e outro. O link com a literatura de Arlindo Coitinho, o cronista maior de Santana, foi inevitável, e coube a Alejandra Rivero uma análise rica em detalhes e reveladora do artista, que ela teve o privilégio de entrevistar.
Personagens da arte fronteiriça, amizades novas, e um convívio afetuoso não faltaram nesses dias de Feira. O “bat-local”, para onde invariavelmente levávamos Carlos Urbim e seus amigos foi o restaurante Girasoles, em frente a Praça Flores. Ali, as noites da fronteira foram legítimas “noites du norte”, acaloradas e ricas em brindes e boas palavras. O jornalista montevideano Guille Garat e sua Vera, vieram de “buquebus” para conferir de perto essa aura de aire libre y carne gorda, que ainda impregna o imaginário das bordas da nação oriental. Nereo Mendes, Richard Bértiz e Marcelinho Garcia completavam a roda dos amigos imprescindíveis...
Brilharam nesta feira as crônicas do patrono juvenil, Rafael Fischer, de uma humildade tão vasta quanto um mundo particular, permeado por uma prosa deliciosa. Também as reminiscências de juventude do dr. Zuil Pujol, que recitava de cor, entre outros, os poemas do alferes Wamosy. O ator J.N. Canabarro esteve no Parque e as gestoras Marta Pujol e Magaly Ivañez consagraram-se de vez! O vice-cônsul do Brasil no Uruguai, o paraibano Cláudio Santana, emprestou toda a sua incansável solicitude, a lembrar-nos com sua presença e seu sotaque “nortista”, de uma enorme nação às nossas costas, que nos molda com intensidade. Foi o que percebi ao reverenciarmos os músicos Taiguara e Sérgio Sampaio, ou o escritor Guimarães Rosa, que tanto inspirou Fabián Severo.

Outras forças fundamentais a impulsionar a Feira foram os incríveis monitores da escola Carlos Vidal, orientados pela professora Sônia; a professora Idene e a presença da Urcamp, que estiveram o tempo todo imersos em um universo histórico, político e literário, informando e auxiliando os leitores binacionais.
Um parênteses para os números parciais: nada menos que 3.500 livros foram vendidos somente nos dois primeiros dias e pelo menos 15 mil pessoas passaram pela Feira. Tudo isso confluiu para um encerramento grandioso, quando o patrono brasileiro, Carlos Urbim, comandou, levitando, um passeio em torno do Parque. De minha parte, embebido pela euforia contagiante de nosso eterno patrono, acho que avistei ao cair da tarde, três vultos felizes, passeando lado a lado, perto da fonte luminosa. Um gordinho simpático, um negro esbelto e um senhor, meio alemão, de cabelos brancos. Tchê, não quero te dizer nada, mas juro que eram o Miguel, o Bueno e o professor Müller.

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quinta-feira, 29 de setembro de 2011

História e Biografia, por Sabina Loriga

A fronteira que separa história e biografia sempre foi ressaltada e, em todas as épocas, podemos observar historiadores esperando delas uma separação definitiva. Arnaldo Momigliano nos lembrou que durante o período ático Tucídides não escondia seu desprezo aristocrático pela biografia, considerada como um gênero por demais popular e que, dois séculos mais tarde, Políbio insistiria na necessidade de ultrapassar a monografia e vislumbrar a síntese geral. Mas o fosso entre os dois gêneros seria cavado em profundidade ao longo do século XIX, quando o pensamento histórico atinge seu apogeu. Dois momentos chave encorajaram uma separação definitiva. O primeiro remonta ao fim do século XVIII e início do XIX e é ligado sobretudo ao sucesso e ao impacto da história filosófica, enquanto que o segundo momento é precipitado nas últimas décadas do século XIX pelos historiadores e coincide com o divórcio entre história política e história social.

Durante a segunda metade do século XX, quando o projeto biográfico parecia definitivamente abandonado, ele é retomado por alguns autores difíceis de classificar, porém ávidos por dar voz àqueles que a História com H maiúsculo havia silenciado. E é precisamente nessa ótica - distante da abordagem tradicional da história política - que pouco a pouco se dissipou a desconfiança a respeito da dimensão individual. Dimensão essa que deu lugar à memória dos marginais, dos perdedores, dos vencidos, ou ainda daqueles que, tão simplesmente, não eram contados (no despertar da história oral, dos estudos sobre cultura popular e da história das mulheres), incluindo-os progressivamente na historiografia através da reflexão biográfica.

A crise dos grandes modelos de interpretação, marxista e estruturalista, dentre outros, sugeriu a diversos historiadores que se interrogassem sobre a noção de indivíduo. Decepcionados e insatisfeitos com as categorias englobantes de classe social ou de mentalidade (mentalité), que reduziam o sentido das ações humanas ao efeito das forças econômicas, sociais ou culturais globais, mesmo os historiadores sociais começaram a refletir sobre trajetórias pessoais. Em pouco tempo, a dimensão individual transformou-se numa questão central e a biografia foi de algum modo democratizada: a questão não é mais hoje em dia o grande homem (cuja noção foi ostracisada, ou mesmo por vezes utilizada de modo pejorativo), mas sim o indivíduo comum. Essa transformação democrática mostrou-se, e mostra-se ainda, penosa.

Quais são os critérios que nós utilizamos para avaliar o peso dos fatos históricos, das práticas sociais, das relações emocionais? E, por outro lado, podemos compreender a evolução histórica a partir das experiências individuais? Começaremos por um exame da fronteira, difusa e instável, que separa a biografia da literatura e da história. A seguir, abordaremos as diferentes figuras biográficas elaboradas pela historiografia ao longo dos séculos XIX e XX (os heróis, o homem patológico, o homem particular, etc.).

Tradução livre de Rodrigo Bragio Bonaldo - Doutorando em História pelo PPG-História/UFRGS do original em Francês.

Conferência:

"Le moi de l' historien'
Dia: 10/10/2011
Horário: 14:30 h
Local: Pantheon do IFCH, Campus do Vale


MINI-CURSO:
'Historie et biographie'
Dia: 11/10/2011
Horário: das 10h às 12h e das 14h às 16h
Local: Pantheon do IFCH, Campus do Vale

segunda-feira, 5 de setembro de 2011

O Dia em que o Vingador da Ilha encontrou o Poeta do Bonfa

Carlos Gardel devia estar cantando a plenos pulmões lá na eternidade. Onde os viajantes estão ébrios de enigmas e as almas são seduzidas por flautas que levam a abismos ilusórios, como bem lembrou o filósofo alemão. Assim estava configurado o dia em que Valdir Agostinho resolveu visitar Nei Lisboa. O vingador da Ilha, roqueiro intrépido, bruxo e aventureiro, iria ter com o niilista do Bom Fim, o poeta das baladas perdidas, de uma geração tão romântica quanto atormentada. "- A vida é mágica, na mais pura acepção da palavra" , insistia Valdir. Lembro assim daquele dia, com Agostinho cantando pelas ruas do bairro gaúcho. “Não quero dinheiro, só quero amar, só quero amar...". O tempo ainda não havia se precipitado, e Tim Maia - como tantos outros malucos - ainda curtia das suas.
Partimos da nossa Barra da Lagoa pela manhã, e o almoço aconteceu entre os precipícios de Torres. Depois de avistarmos águas gaúchas, num rasgo de visão, Valdir captou as vibrações de Nei, a perambular pelas ruelas toscas do interior do Bom Fim. Conversamos sobre os caras que nos fazem a cabeça, como Antônio Adolfo, Eliete Negreiros, Paulinho Nogueira....e os gringos também. Mas esquecemos de Allen Ginsberg, Woody Allen, Andy Wahrol, Marshall Berman, Lou Reed. Nada de Robert Raushenberg, Laurie Anderson, Debby Harry, Miles Davis, Truman Capote, nada disso. Acho que o novo belicismo ianque nos afastou de Nova Iorque. Queríamos los cucarachas. Queríamos Charly Garcia, Ruben Rada, Sivuca e Lô Borges. A vida levitava na mágica estrada, revivendo o sonho de velhos roqueiros e tantos loucos que andam pelas ruas de Buenos Aires e Montevidéu.
A Estrada do Mar e seus motoristas enigmáticos. Como aquele garotão de chapéu de cowboy, que tentou um racha conosco. Enfim, a infinita highway veio dar na capital sulista, último reduto do torrão brazuca antes das terras castelhanas. Finalmente o bairro, o alvo, reduto do poeta. As estrelas luzindo no céu. Nei demorou para abrir a porta, disse que estava imerso em um programa de computador, lá no quarto dos fundos. Abaixo de nós, o Parque da Redenção, cenário de noites mal dormidas, de batalhas campais entre os loucos e a polícia, reduto de velhos uivos. Nei e Valdir, é nessa hora que um amigo estende a mão. Declarações de admiração recíproca e já estamos de volta às ruelas do bairro. "Vou pedir pra você ficar, eu te amo, eu te quero bem..." Valdir iluminava com seus gestos o que ainda restava de uma década ingrata.

terça-feira, 16 de agosto de 2011

Como fabricar um suicida



Susan Abdalalah
(Poetisa palestina)


Despoje-o de água e de comida.
Rodeie sua casa de armas de guerra.
Ataque-o por todos os meios
E a todas as horas,
Especialmente pela noite.



Derrube sua casa,
Arrase sua terra cultivada,
Mate seus entes queridos,
Especialmente crianças,
Ou deixe-os mutilados.



Parabéns: você acaba de criar
Um exército de homens-bomba.




(*) Este pequeno poema, terrível em seu grito, doloroso em sua angústia, instigante em sua denúncia- quebra todos os cristais interiores. Poderia chamar simplesmente: PAREM DE MATAR PALESTINOS!


Leia e passe adiante-
João Batista Marçal ( historiador gaúcho)

Jogos da Memória segue o apelo de nosso amigo publicando esta poesia-denúncia, em solidariedade as milhares de vítimas deste conflito: Salam, Shalon, peace, paz! 

sábado, 16 de julho de 2011

UNA SEMBLANZA DEL 68’ VIVIDO EN EL URUGUAY PROFUNDO


La capital del Departamento uruguayo de Rivera queda a 500 kilómetros de Montevideo y se une por una simple calle a Brasil. Allí nací y crecí al ritmo de las largas siestas de los veranos pegajosos, y las heladas que endurecían el camino matinal hacia la escuela. La entrada al Liceo me sorprendió en la casa prestada por el tío Camilo, cuyo patio plagado de bocas de jarra semisalvajes y atronadores cantos de sapos, terminaba en la Bica, eterno chorro salido del Cerro del Marco y símbolo riverense a fuerza de poesía: “Quem bebe água da Bica, fica”. El básquetbol era ocupación cotidiana y el redescubrimiento incompleto de las mujeres una novedad nerviosa. En el club Sarandí Universitario cursamos la vieja democracia, entre un presidente militar y un eterno directivo comunista, acompañados por socialistas y conservadores de variado pelaje. Los compañeros más pobres eran la prueba de que la realidad de Rivera no se agotaba en la danza multicolor de las cometas. En el Liceo decidimos hacerle competencia a la insoportable Banda de Música, donde se amontonan los hijos de papá y los reaccionarios, que las más de las veces son los mismos; en los recreos jugamos al básquetbol, y como somos la única atracción de aquella media hora de libertad, el público nunca falta; en especial un abundante público femenino para el cual reservamos nuestras mejores jugadas, traicionando sin pudor el espíritu colectivo del deporte.

Vienen las primeras novias casi formales y vírgenes, y la vanidad de un sobresaliente en Biología (para compensar el sufrimiento en Matemáticas y Dibujo). Siguen las idas en barra al baño de chocolate en la Laguna del Sol, y los sufridos bailes que buscan solamente la confirmación de un corazón, entre samba y “samba”. Llega 1968, el último año del Liceo y la nueva casa alquilada en calle Agraciada. Las únicas dos radios AM de la ciudad se hacen eco de medios de prensa montevideanos (que a su vez repiten fuentes españolas, francesas y yanquis) que denuncian una agitación juvenil creciente. Aunque había dicho que no me gustaba el pelo largo y el ruido de Los Beatles, esas noticias, repetidas por la recién creada TV 10 riverense (la única emisora uruguaya captada en la ciudad), me hicieron parar la oreja; máxime cuando mi madre era la locutora oficial del canal. Según sospeché años después, gracias a una inteligente jugada del Partido Comunista (que engrosaba sus filas a golpes de campeonatos de ping-pong y salidas al campo) surgió la idea de conquistar la directiva de la Asociación de Estudiantes de Rivera (ADER, que congregaba a los alumnos del Liceo n° 1, y que en el 68 se transformaría en “Primera Asociación…”, y por eso PADER, a raíz de la inauguración de un segundo Liceo público en la ciudad), y de crear el Centro Estudiantil de Defensa Universitaria (CEDU); la sospecha vino a raíz del papel discreto pero efectivo jugado entonces por Vladimir, mi condiscípulo, amigo y yerno del Secretario del PC en Rivera.

A ambos propósitos servían conjuntamente las reuniones del pequeño contingente de una veintena de entusiastas (en las asambleas más concurridas); esas reuniones, gracias a la mediación de María Romero, se realizaban en la iglesia de Rivera Chico, entonces a cargo del padre Verísimo. Allí descubrimos la “Gaceta Universitaria” y las movilizaciones que los universitarios llevaban a cabo en Montevideo, cobrando del gobierno una ingente deuda acumulada para con la principal casa de estudios del país. El CEDU fija como su prioridad el apoyo a la lucha universitaria que se desarrolle en la capital (de la que hace parte la ampliación de los hogares estudiantiles destinados a recibir universitarios provenientes del interior del país, la mayor parte de las veces sin beca). Préstamos oportunos de libros nos permitieron conocer tardíamente la lucha y el ejemplo del Che, merecedor de émulos.

Al Che le hacían compañía, como en “Cambalache”, las canciones de la Guerra Civil española y Françoise Hardy, sin olvidar a “Los Iracundos”, con quienes nos codearíamos en breve tras haberlos llevado a la ciudad a través de una iniciativa de PADER. Y la vida sigue.
Hay la excursión a Artigas donde juego bien al básquetbol y me congelo junto al organizador del evento a la vera de una perdida cancha de fútbol azotada por un aguacero que dificulta la visión cercana (allí terminó la promesa de “un partido en el Estadio, con transmisión por radio”); los mediocres nos miramos y, empezado el segundo tiempo, ante una arenga que me sale del alma, entramos a galopar como locos atrás de la pelota (más para combatir el frío que por deseos de jugar); al cabo de media hora un artiguense grita: “¡paren, que acá hay más de once!”; por suerte un par de compañeros cansados nos dejan al otro y a mí sus lugares. Llega el 1 de mayo. La reunión periódica en la iglesia ha designado al locuaz y “veterano” (para nosotros) Jeová, para que desde la altura de sus veintitantos años represente al CEDU en la tribuna que la Convención Nacional de Trabajadores montará en el centro de la ciudad. La hora se aproxima y nuestro orador hace saber por un mensajero que un malestar de su madre le impide cumplir el encargo. Tras una rápida deliberación al pie del estrado soy catapultado a la condición de tribuno; y allí estoy, tropezando a veces con las palabras y hablando de un proletariado que no conozco (la última gran fábrica riverense, la aceitera “Mandubí”, cerró hace tiempo) a un público raleado al que cerca en las aceras un conjunto de hombres, cuyos anteojos oscuros denuncian la condición de policías; me bajo aplaudido, todavía tembloroso y feliz. Las noticias de París empiezan a llegar con fuerza. Y las principales consignas pícaras no caen en oídos sordos. Sin duda que la más festejada es “la virginidad causa cáncer: vacúnese”, verdadera bofetada a la hipocresía reaccionaria acaudillada en Rivera por el Club Uruguay (el mismo donde los hijos de papá se maman hasta las patas antes de juntar el coraje que los lleva hasta el quilombo, o, rara vez, a embarazar una noviecita que pronto emprenderá un oportuno viaje). Como nada sabemos de la distancia parisina hasta la playa (que es la misma de Rivera), ni de la revolución que significó el descubrimiento del mar en las primeras vacaciones pagadas por el Frente Popular francés en 1936, no entendemos qué significa “bajo los adoquines, la playa”.

Pero adherimos sin pestañeos al escueto “Prohibido prohibir”. En el Liceo la derecha blanqui-colorada, sabedora de nuestra novel existencia, acaba de inventar una nueva fórmula “democrática” que contraría la vieja representación proporcional vigente en el país: del total de 15 cargos de PADER, la primera lista se llevará ocho, la segunda cinco, y luego se adjudicará uno por lista, en orden de votación decreciente, hasta completar la quincena. Así experimentamos con sorpresa y enojo las magias de la democracia burguesa. La derecha, segura de la victoria por partida doble (con la única duda del orden respectivo) se divide en dos listas; entonces, en nuestras filas y por sugerencia que años después atribuí, otra vez, al PC, se decide crear también dos listas pero votar a una sola, tras haber dado un par de votos a la otra, para que le cupiera también un cargo. María Romero fue erigida en candidata a Presidente por la lista en la que concentraríamos nuestros votos. Por ese entonces hubo una huelga (novedad casi absoluta en el Liceo) reclamando más dinero para la educación y apoyando a la Universidad de la República (extrañamente capitalina, a pesar del nombre); la Directora en persona impuso su presencia amenazante en la puerta de la institución, tras haber orientado a los profesores a poner pruebas para que los huelguistas fueran perjudicados con la ausencia de notas; a pesar de los pesares un nutrido grupo permaneció afuera hasta que se cerraron las puertas por orden de la directora, y entonces, con un puñado, elegimos el viejo camino de las anteriores rabonas inocentes, que nos llevaban a fumar cigarros mentolados mangueados a algún privilegiado, en las cercanías del campo de entrenamiento del regimiento brasileño de caballería asentado en la vecina Santana do Livramento.

 En el CEDU, todavía reunido para la campaña liceal, se conformó un núcleo de los que, casi sin confesárnoslo entre nosotros abiertamente, nos sentíamos atraídos por el Movimiento de Liberación Nacional, Tupamaros (del que sólo teníamos las noticias de prensa, donde se mezclaba un perfil de tonos mesiánicos y robinhoodescos, con la plataforma guevarista que se afirmaba en la exposición pública de la corrupción del sistema financiero y la complicidad del sistema político con la “rosca” de los poderosos, en expresión acuñada por Vivian Trías). Ese núcleo se encargó de imprimir (en el mimeógrafo de una iglesia evangélica, convencida real o supuestamente de que aquél era material liceal) volantes duros que repartíamos casa por casa en giras nocturnas acompañadas siempre por interminables ladridos de perros. Al mismo tiempo alguien había traído a ese grupo la novedad de las negras crayolas caseras, y los muros de la ciudad empezaron a lucir pintadas del CEDU (en especial una nada “políticamente correcta”, donde se acusaba de una vez al Director de la radio riverense más oída, de ser guampudo y vendido a los yanquis). La elección en el Liceo se acercaba y arreciamos la propaganda, que incluyó escarapelas que pintamos una a una con lápiz de colores y a las que dimos forma de mariposas; por entonces me decían “Pajarito” (apodo heredado de mi padre y de un tío, rápidos futbolistas ambos y al que no honraba yo con mi providencial lentitud para correr), y mi popularidad se puso a prueba cuando alguien, no sin mi aprobación, decidió intercalar entre otras pintadas a cal que hicimos en el empedrado del patio externo-anterior del Liceo, la imagen de un pájaro seguida de la expresión “está con la 3” (creo que ese era el número de la lista que habíamos decidido votar en el CEDU). Una tardecita discutía acaloradamente (en base a números que no siempre tenía redondos en mi cabeza y que acababa de extraer de la “Gaceta Universitaria” que se arrugaba en mi mano diestra) en la puerta del Liceo con el principal candidato de la lista favorita de la derecha, cuando un empujón lateral totalmente inesperado me derriba sin pena.

Levanto la cabeza y un policía me apunta con el revólver a diez centímetros de la sien, al tiempo que grita algo así como “va a aprender a no ofender al Presidente de la República”; la escena era tan novedosa que incluso el flaco Pagola (que nunca fue de los nuestros, pero era mi compañero de básquetbol en Sarandí Universitario) exclamó “¡así no!, cuando el milico me levantó de un tirón y me llevó agarrado por un brazo y con el revólver siempre apuntando a mi cabeza. Después de la primera cuadra el milico, viendo que lo acompañaba dócilmente y sin hablar, se serenó y guardó el arma; tres cuadras después entramos en Jefatura. Tras unos minutos de espera solitaria en un escritorio, apareció un oficial y me preguntó si tenía alguna queja del policía, tras anunciarme que mi madre había sido avisada y pronto vendría a buscarme; más rojo por lo segundo que por lo primero le dije que no. Poco tiempo después adiviné a mi madre hablando con el oficial atrás de la puerta cerrada y de inmediato entró para decirme “qué bonito, ¿no?, y yo trabajando…”; acto seguido nos fuimos entre sus reproches y mis intentos de explicación. La elección en el Liceo se desarrolló en un día eléctrico que nos ocupó de la mañana a la noche; de inmediato se realizó el conteo de los votos ante una nutrida concurrencia; la derecha no se lo podía creer: la elegida por nosotros fue la lista más votada, seguida de muy cerca por una de las listas de la derecha, a la que seguía a su vez de muy cerca la segunda lista derechista, y con apenas tres o cuatro votos cerraba la marcha nuestra segunda lista; pero la novel y “democrática” regla derechista había sido divulgada solemnemente incluso por la radio, y no había nada que hacer: la presidencia y otros siete cargos eran para nuestra primera lista, y uno más para la segunda; la derecha se quedaba en minoría con seis en total (¡a pesar de haber tenido, en su conjunto, más votos que nosotros!; les había salido por la culata el cálculo de que ellos acapararían con el primero y el segundo lugar 13 de los 15 cargos, dejándonos dos simbólicos escaños, que probarían que la elección y la dirección liceal tenían carácter “democrático”).

La victoria mereció conmemoración en la iglesia del padre Verísimo. Luego vino la rutina de acompañar el vaivén de los autos brasileros y uruguayos de los pitucos que nada tenían que hacer y recorrían la calle Sarandí en las noches del fin de semana riverense (de comercios cerrados, pues los free shops no pasaban entonces de promesas); Rivera siempre atrajo a los brasileros a ese paseo para ver y hacerse ver, porque tiene aceras más anchas que Livramento, que se pueblan de las mesas de diversos bares y de la entonces distinguida confitería “City”. Después de instalada la directiva de PADER presidida por María, se resolvió organizar una actividad de debate sobre la situación de la Universidad y la educación en un local céntrico; se consiguió autorización para usar el salón parroquial de la iglesia mas céntrica (situada frente a la plaza Río Branco).

Entonces llegó la información de que, en función de medidas adoptadas por el gobierno nacional, el acto necesitaba la autorización de la Jefatura de Policía. Me incluyeron en el grupo que mantendría una entrevista con el Jefe de Policía de Rivera, para obtener la autorización; era titular del cargo el Coronel César Martínez, que luego ocupó fugazmente la jefatura del Ejército, porque al parecer adhería al viejo batllismo y no comulgaba con los golpistas de 1973. El Coronel nos recibió enfundado en su habitual e impecable uniforme verde, realzado por el marrón lustroso de sus botas. Invitándonos a pasar a su amplio despacho (contiguo del que me había albergado tiempo antes) nos invitó a tomar asiento y tras extraer de su chaqueta una reluciente cigarrera ofreció cigarrillos a cada uno de los cinco o seis visitantes; la mitad (en la que me incluí) aceptó la inesperada oferta. Acto seguido el Coronel tomó asiento tras su pesado escritorio y, empuñado una fina boquilla, empezó a discursar acerca de las conquistas cívicas y educativas del Uruguay a lo largo del siglo XX. Haciendo una pausa nos preguntó qué porcentaje del presupuesto destinaba Uruguay a la educación; hubo un corto silencio, quebrado por mi voz que anunciaba firme un treinta por ciento (entonces no tenía ni idea ni de la respuesta pedida por nuestro interlocutor ni de lo que aquella extraordinaria cifra que se escapó de mis labios hubiera significado en cualquier país del mundo); el Coronel me miró complacido y paternal y nos espetó que el valor era casi ese, pues se situaba en el 27%; alguien atinó a decir que aquello sucedía en el papel porque el gobierno tenía de hecho una deuda millonaria con la Universidad; el Coronel hizo como que no había oído y siguió discursando sobre las virtudes del país y sobre la apertura que siempre había tenido y debía tener para con las inquietudes de la juventud; de pronto asió unos papeles que estaban arriba de su mesa y mirándonos uno a uno dijo: “yo sé que algunos de ustedes andan distribuyendo estos panfletos clandestinos”; el formato y las letras no podían engañar: eran nuestros volantes del CEDU; tras una breve pausa y un llamado para que tales volanteadas no se repitieran, el Coronel concluyó diciendo que para probar la sinceridad de sus palabras daba su autorización al acto pretendido, desde que la actividad se limitase al salón parroquial y no fuese seguido de ninguna manifestación callejera; asentimos rápidamente; el Coronel se puso de pie y ladeando la puerta nos dio la mano a cada uno, despidiéndose desde una considerable estatura, que su flacura aumentaba.

El acto transcurrió sin incidentes y con un público juvenil (casi todo liceal) de unas cuarenta almas, nada despreciable para una ciudad hasta entonces ignorante de las concentraciones reivindicatorias con signo izquierdista. Después de que una bala policial había asesinado en una manifestación montevideana a un estudiante que para desesperación de la derecha resultó llamarse Liber Arce, las movilizaciones en la capital habían aumentado en caudal y radicalismo; entre los liceales de la capital los FER habían conquistado espacios crecientes. En Rivera, PADER y el CEDU trataban de acompañar el ritmo. Con dos compañeros pergeñamos la idea de fabricar volantes con la firma del MLN (pasando por alto el pequeño detalle de que nunca habíamos visto a un tupamaro) en los que estampamos consignas nacionales y alguna reivindicación local. Había que decidir cómo se repartirían.

Cansados del anonimato de las perrunas rondas nocturnas y porque al fin de cuentas era la primera vez que “el MLN” se haría presente en el pueblo, decidimos que aquello tendría que hacer más ruido; y la palabra es apropiada, pues se optó por dejarlos encima de latas cubiertas por un espiral auyenta-mosquitos amarrado a un cohete brasilero (de aquellos cortitos envueltos en papel de estraza, muy usados en el Carnaval riverense, también animado por un Corso con “pomos” para mojar a las más bonitas o a los amigos, las murgas, las “escolas de samba” propias o importadas de Livramento, las “mascaritas” de disfraz casero y las plumas verdes deslumbrantes que adornaban al perfecto cuerpo femenino del popular travesti Blanquito); el espiral tendría función de mecha para permitirnos ganar la prudente distancia entre el momento de la colocación del artefacto y aquél del estallido que haría volar por los aires un ramillete de volantes. Había que decidir los lugares y el consenso se hizo de inmediato: uno debajo del banco que había en la acera aledaña a la concurrida heladería “Chucarro”, uno en el anfiteatro superior del cine “Rex” y dos en la loma del cerro que hacía de fondo al Teatro de Verano. En la noche elegida, el espectáculo de la heladería fue decepcionante pues los volantes rebotaron en el asiento del banco y se extendieron muy poco; en el cine “Rex” la distribución fue satisfactoria pero la oscuridad me impidió ver cuánta gente los recogía; cerca de medianoche el Teatro de Verano, al aire libre, estaba colmado y allí la acción valió la pena; bajando de la loma nos unimos al público y vimos como, tras la explosión, una pequeña nube de volantes se abría generosamente para caer entre brazos que los esperaban ansiosamente; cuando los murmullos arreciaban el segundo estallido sirvió a la parte del público que no había recibido la primera remesa. Antes mismo de que empezara el espectáculo, nos retiramos radiantes. Poco después la Facultad de Medicina me esperaba en Montevideo, y con ella, tras algunos meses, el MLN de verdad; la Facultad me recibió con sus calles aledañas cortadas al tránsito automotor por vallas puestas por la Policía (que en la calle General Flores dejaban cien metros vacíos hasta el Palacio Legislativo, por un lado, y hacia Garibaldi por el otro).

Marcados por el 68, riverenses que habían militado en PADER y/o CEDU y otros que jamás habían militado (incluyendo a algún ex-frecuentador del club Uruguay), descubrieron en la capital la pólvora, a saber, que en el mundo la injusticia se explica en buena medida por la desigual posesión de los medios de producción. Varios eligieron la senda del MLN y más de uno pagó con la muerte o con cárcel de hasta trece años esa elección; no faltó siquiera el traidor que confirma la regla de la debilidad de la carne. Ahora bien, Ricardo Viscardi termina un breve texto dedicado a mayo del 68 con el siguiente aserto: “El movimiento de los años 60 y la cristalización fraseológica que tuvo en las calles de París durante el mes de mayo del 68’, produjeron el auge de un prefijo que adelantó lo que vendrá después de sí, bajo la forma del Post(n+1...). El procedimentalismo temporal de la Modernidad, su lapso intelectual en Historia se ha cerrado para siempre. Ese siempre no puede ser medido por ninguna cronología y menos, por un criterio de poder en algo así como un gobierno o sistema.

Por eso, conviene plantearse el éxito o el fracaso del post-68 desde el punto de vista de las costumbres, de la creencias, de las tasas de casamiento/divorcio y de religiosidad/librepensamiento en contextos comparables, en el estilo de vida juvenil, en el ritmo de la libertad individual. Basta con salir a la calle”( in “¿El 68’? Basta con salir a la calle”, in http://ricardoviscardi.blogspot.com/, mayo 2008). Para aquellos riverenses basta mirar su vida; con o sin cárcel o exilio, nuestras costumbres han cambiado; otra es nuestra visión de la sexualidad y nuestra visión de la libertad en el seno de la familia y de la sociedad; y otra es nuestra visión de la felicidad y la ecología. Pero en mi caso, una creencia nacida en el 68 se mantiene incólume; creo que la humanidad y el planeta se merecen algo mejor que el capitalismo; en mi filosofía madura (véase mis libros) llamo “ecomunitarismo” al orden socioambiental poscapitalista capaz de reconciliar solidariamente a los seres humanos entre si, y a éstos con la naturaleza no humana; orden de carácter utópico, pero indispensable guía para la acción cotidiana que no se resigna a vagar sin rumbo (al fin tal es el uso de la utopía: sirve para caminar, como dijo un compañero argentino popularizado por Galeano). En Rivera, la calle muestra en 2008 (para bien y para mal) el antes y el después del 68.

depoimento de Sirio López Velasco, enviado por Jair Krischke, na ocasião das pesquisas para Retratos do Exílio.

terça-feira, 24 de maio de 2011

Jornais do século XIX viram lixo em Pelotas

Há pouco mais de 15 dias, em fins de abril/inícios de maio, a cidade de Pelotas, que até agora tinha se caracterizado por buscar a preservação da história e da cultura da cidade e do país como um todo, foi palco de uma situação completamente absurda e injustificável: a direção de sua biblioteca pública, que é gerida por uma associação privada, simplesmente enviou para reciclagem, uma parte importante da história da cidade e da região!

Livros, jornais, diários e mais monografias e documentos impressos (não se sabe exatamente o total do que foi descartado, nem quem definiu o que seria jogado fora), mas enfim, o suficiente para encher mais de um caminhão pequeno, foi enviado para recicladores. E só não foi parar no lixo mesmo porque, num episódio rocambolesco e pouco explicado, foi “salvo” por um dono de sebo, que imediatamente o comprou e o pôs a venda como uma mercadoria qualquer. Alguns desses exemplares ainda se encontram em sebos da cidade e podem ser conferidos até pelo twitter de alguns pelotenses. Seguramente, este dono de sebo deve ter ampliado seu patrimônio em muito, devido apenas ao que, pelo alto, se soube que foi descartado.

Entre eles, por exemplo, uma das únicas, senão a única coleção do jornal A Federação do ano de 1904. Vários outros anos inteiros deste jornal também foram literalmente jogados fora, sob a justificativa de “estarem duplicados”. Mas a catástrofe cultural vai muito além, pois todos os jornais encadernados, que eram duplos, e que se encontravam no porão da biblioteca, como os jornais Correio Mercantil, Opinião Pública, Diário Popular, também tiveram o mesmo fim. Estes são alguns dos jornais pelotenses mais importantes do XIX e XX séculos, e ficamos agora reduzidos apenas a sua coleção em uso, e cuja digitalização tem sido protelada por interferência direta da própria diretoria. E o que se fará quando estes jornais, pelo uso, se desmancharem? Chorar, pelo visto.....

O raciocínio simplista e redutor de que “eram duplos” e poderiam ser descartados, não convence ninguém, pois todos podem se perguntar por que não foram trocados com instituições congêneres, ou doados para uma outra instituição do estado, como reza seu estatuto de 1991, que em seu artigo segundo, item b), diz que a biblioteca “poderá permutar livros e objetos com outras instituições que estejam de acordo com as suas finalidades”.Quanto a alguns estarem em mau estado, ora, para quem conhece, sabe que há várias técnicas de recuperação de documentos que poderiam ser tentadas, com um pouco de esforço na busca de financiamento.

Esta mensagem, além de denunciar este fato, pretende provocar alguma reação, por parte não só da comunidade técnica e acadêmica interessada na preservação da história do país, mas dos próprios pelotenses, que até agora estão assistindo esta situação estupefatos, mas em silêncio, um silêncio que pode passar por aprovação e gerar a reincidência deste tipo de atitude.

Entendendo-se que o direito à memória é um direito de todos os cidadãos e que a proteção e guarda de um bem patrimonial é dever de um Estado democrático, considera-se inadmissível que uma política arbitrária de descarte esteja sendo praticada justamente por uma instituição destinada a preservação da memória e disseminação da cultura.

Texto da professora Beatriz Ana Loner, do Departamento de História e Antropologia - UFPel
Repasse, ajude a divulgar esse crime contra o patrimônio cultural de nosso país!

segunda-feira, 23 de maio de 2011

Na Amazônia, índios preparam-se para as grandes questões globais


Acabo de retornar de estadia de campo na Amazônia e fico feliz ao constatar que os índios estão cada vez mais dominando novas tecnologias e com uma mentalidade 20.11, preparando-se para participar das grandes questões globais da segunda década do século 21. Exemplos: meu aparelho celular não funcionava, pois na cidade de Atalaia do Norte só há uma operadora. Quem me salvou ao me emprestar seu aparelho novinho foi um garoto matis - considerado pela "regra de parentesco incorporador de antropólogos" meu irmão indígena. Fui surpreendida pelo lindo ringtone com um canto de pássaro amazônico que ouvia ao despertar quando morei na aldeia. "Uau, Makwanantê, que lindo. Como gravou o canto desse pássaro?" "Baixei via Bluetooth de graça no cybercafé da cidade." Ok, eu também esqueço às vezes que trabalho com índios amazônicos versão 20.11, os magníficos matis, um povo de língua pano que vive na Terra Indígena Vale do Javari, segunda maior do País, com 8,5 milhões de hectares.


No dia seguinte pedi a outro jovem matis um carregador de bateria para minha câmera digital e ele trouxe um carregador universal made in China comprado na Colômbia (fronteira próxima). Serve para qualquer tipo de bateria e dribla a imposição de empresas como Sony ou Motorola com modelos que nos obrigam a comprar mil traquitanas. Os índios 20.11 sabem escolher o que lhes dá autonomia mesmo entre as quinquilharias chinesas e surpreendem aqueles que, no Brasil "metropolitano" (para usar um termo cunhado por Manuela Carneiro da Cunha), acham que os indígenas amazônicos vivem na Idade da Pedra ou num paraíso (ou inferno) pré-industrial. Os ameríndios com quem tenho o prazer de conviver podem estar esquecidos nas políticas governamentais, mas se movimentam no universo de questões globais como mercado de crédito de carbono e uso de tecnologia para melhorar a vida em suas comunidades. Alguns estão na universidade e serão em breve professores universitários. Afinal, índios não ficam em cristaleira de museu ou apenas decoram pôster festivo da brasilidade para fazer jus ao logo federal "Brasil, país de todos". Os índios seguem sendo bem índios mesmo portando seus celulares, editando filmes, torcendo pelo Flamengo. E continuam necessitando demarcar terras, especialmente em Santa Catarina, Rio Grande do Sul e Mato Grosso do Sul. Para isso mesmo, precisam e gostam de tecnologia, para estarem plugados no mundo, como você e eu.

Em Manaus, conheci a vice-coordenadora da Coiab (Confederação das Organizações Indígenas da Amazônia Brasileira), Sônia Guajajara. Ela ficou famosa na COP-16 (última conferência da ONU sobre mudanças climáticas), em Cancún, México, ao entregar o troféu "motosserra de ouro" à senadora Kátia Abreu - prêmio dado aos que aumentam o desmatamento na Amazônia. Como Sônia, há outros índios que aprenderam o glossário da "economia mundial ambiental", sabem o que é Redd (Redução de Emissões por Desmatamento e Degradação). Ou seja, estão afinados com a economia ambiental e combatem ideias australopitecas dos defensores da reforma do Código Florestal.

Graças aos índios brasileiros é que a floresta ainda está em pé, conforme demonstram imagens do Inpe (Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais). Vizinhos dos matis, os índios maiorunas vivem em ambos os lados da fronteira do Peru e do Brasil e, nos últimos anos, vêm migrando para nosso País por causa da atuação de empresas multinacionais que concessionaram áreas em seus territórios com o aval do governo do Peru. Os mesmos maiorunas, em 2003 e 2004, chamaram a atenção das autoridades para o contrabando de madeira realizado por peruanos. Os Estados do Pará, Mato Grosso e Rondônia, sempre citados como destruidores do meio ambiente, só apresentam indicadores positivos devido às terras indígenas. Os índios também denunciam as rotas do narcotráfico em seus territórios.

Além desses serviços ao País, os índios também investem em economia criativa. Querem que sua juventude aprenda a utilizar telefones celulares, laptops e câmeras de vídeo para que eles próprios tenham domínio sobre a produção (e também o consumo, em alguns casos) da indústria da criatividade, que os jovens indígenas façam seus próprios filmes, vendam CDs de suas músicas, tenham eles próprios controle sobre seus bens imateriais que por tantos anos foram produzidos e vendidos por estrangeiros ou outros brasileiros. Os índios têm todo o direito de se tornarem big players na indústria do entretenimento. Como demonstram sucessos como o filme Cheiro de Pequi, da Associação Indígena Kuikuro e do Vídeo nas Aldeias, que ganhou o prêmio de melhor curta-metragem em Montreal, no Canadá. Chegará logo o dia em que teremos cineastas indígenas concorrendo em Cannes.

É bom lembrar, porém, que nem tudo na realidade indígena são cantos de pássaros e tecnologia. No Javari, cerca de 80% da população indígena está contaminada por hepatites virais que provocaram a morte de 300 pessoas nos últimos dez anos. Há alguma esperança com a nova Sesai (Secretaria Especial de Saúde Indígena) de que haja atendimento permanente para as 55 comunidades. A Funai, em processo de reestruturação, havia decidido desmontar a administração regional na cidade de Atalaia do Norte, deixando os cerca de 3.800 índios que moram na Terra Indígena sem uma base administrativa próxima. Parece que quem vive em Brasília olha o mapa do Javari apenas pendurado na parede e, por isso, pensa que os rios do Javari correm do norte para o sul! Porém os rios do Javari correm todos na direção norte e oeste para formar o Solimões e, a partir de Manaus, o Amazonas. Certamente, os índios terão muitos direitos a exigir nos protestos do Abril Indígena, programados para ocorrer em maio em Brasília.

As grandes questões globais estão na Amazônia e os índios, melhor do que a maioria dos brasileiros, já estão se preparando para lidar com esse mundo 20.11 - de preocupações com energias limpas (pós-Fukushima), onde os países ricos pagam aos "emergentes" para que mantenham suas florestas em pé, onde as tecnologias made in China tomam o lugar das que fazem carregadores não universais, onde quem tem força de sobrevivência é quem vai vencer e deixar para trás os acomodados. Os índios brasileiros já mostraram que vieram para sobreviver. Desde 1500 têm conseguido se manter vivos, o que em si, já é um feito e tanto. Agora, parece que vão nos ensinar o que fazer para sermos um país rico em biodiversidade, em captura de carbono e em economia criativa. Tenho tentado acompanhá-los e aprender com eles.

* Artigo de Barabara Maisonnave Arisi, doutoranda do Programa de Antropologia Social da Universidade Federal de Santa Catarina. Estagiou no Institute of Social and Cultural Anthropology da Universidade de Oxford. Imagem: Índios Matis, em fotografia premiada, de Barbara Arisi.

terça-feira, 17 de maio de 2011

Nildo Ouriques: "No Brasil, a democracia está cativa"


Aos 52 anos, Nildo Ouriques é doutor pela Universidade Nacional Autonoma do México. Ele também presidiu o Instituto de Estudos Latinoamericanos (IELA) até 2009. Nascido em Joaçaba, jogava pelo time de futebol da cidade, que pagava na época o equivalente a três salários mínimos. Aos 18 anos veio para Florianópolis estudar e trabalhar no Avaí. Acabou se envolvendo com um grupo de teatro dirigido por Carmen Fossari, o que levou a deixar de lado o futebol. As artes também ficaram em segundo plano quando começou a atuar politicamente na universidade. Em 1981, presidente do DCE, lutou contra a
ditadura militar, cujo aprendizado ele garante ter fortalecido sua profissão e intelectualidade. Durante o governo do prefeito Edson Andrino (1986-1988), trabalhou na Secretaria de Administração de Florianópolis. Em maio de 1988, foi morar no México para fazer mestrado e doutorado. Lá trabalhou como tradutor em alguns jornais, nos quais escrevia colunas sobre economia internacional. Atualmente participa do programa de rádio Faixa Livre, na Bandeirantes do Rio de Janeiro, mantido pela Associação de Engenheiros da Petrobrás.

De que forma se dá o eurocentrismo no estado de Santa Catarina, tanto na imprensa como na cultura?

Em Santa Catarina se alimenta o mito de que o estado é quase europeu, sem os desequilíbrios brasileiros. As culturas negras e indígenas são ocultadas e quando aparecem são como problema social. Este estado é tão atrasado que não tem sequer uma Defensoria Pública. Em relação à imprensa, os meios de comunicação têm um monopólio mais acentuado ainda, que é a RBS. É tão monopólio que tem uma cátedra no Curso de Jornalismo. Isso me parece um escândalo.

Qual sua opinião sobre os embates do governo da Argentina com a imprensa, principalmente com o jornal Clarín, considerado um dos mais críticos?

O governo argentino reconheceu que o peso do Clarín era superior aos partidos políticos e que o processo de erosão da legitimidade dos partidos cedeu espaço para que alguns monopólios de rádio, televisão e jornais se tornassem partidos políticos. Primeiro, o Clarín não respeitava a legislação a qual estava submetido. Segundo, o jornal tem que ter uma linha editorial independente, que não se trata de não poder fazer crítica ao governo, mas também não pode fazer oposição. E, terceiro, o governo criou uma nova lei, a Ley de Medios, que implica na efetiva democratização dos meios de comunicação, o que despertou a ira dos demais países, inclusive do Brasil. Aqui, a democracia está cativa. Não se pode ter um sistema político democrático, pois a mídia está concentrada nas mãos de poucos.

Qual sua opinião sobre a democratização da comunicação?

Não há nenhum processo de democratização da comunicação no Brasil. Em primeiro lugar, é um poder monopólico, de péssima qualidade, como por exemplo o Jornal Nacional, que deveria escandalizar a todos nós. Segundo, o Governo Lula não deu um passo no sentido de democratizar os meios de comunicação, não restringiu poderes inaceitáveis de monopólios, como também não estimulou redes alternativas. Não entendo por que não regulamentar e ampliar o poder das rádios comunitárias. O sistema capitalista preza pela concorrência, então por que não instituir um sistema competitivo de comunicação? A radical democratização da comunicação é necessária, mas não virá com esse governo.

Durante o Governo Lula houve uma aproximação entre o presidente brasileiro, o da Venezuela, Hugo Chavez, e o da Bolívia, Evo Morales. Será que tal esforço será mantido no governo da presidente Dilma Rousseff?

No primeiro governo de Lula houve um distanciamento claro. Um processo de integração
mais forte nos países vinculados à ALBA, a antiga Alternativa Bolivariana das Américas, está em curso na América Latina. O Itamaraty, seguindo as orientações de Washington, descartou essa hipótese e a hostilizou. No segundo mandato, a integração latinoamericana começou a figurar o discurso da diplomacia brasileira, mas assumiu a forma de subimperialismo, em que o importante era vender produtos e serviços na AL.
As grandes empresas brasileiras, estatais e privadas, começaram a atuar, ou seja, o discurso da integração ganhou uma dimensão econômica concreta. O Governo Lula também sabia que milhões de pessoas observavam as transformações na Bolívia, Equador e Venezuela com extremo apreço, razão pela qual não era seu interesse hostilizá-las. Quem hostilizava eram os parlamentares, os senadores. Os empresários queriam vender. A mídia era contra, os intelectuais [de direita] eram contra, mas os empresários não. O que aconteceu foi que o Estado brasileiro se aproximou, impedindo que o Governo Lula aparecesse
na política exterior como conservador. Então houve certo interesse pelos governos latinoamericanos de orientação nacional popular, e estes, por sua vez, tinham interesse em serem amigos do Lula. Mas a diplomacia brasileira seguiu dentro de uma orientação ainda permitida por Washington. Nem Lula nem Dilma praticaram uma política soberana. O Brasil não pode ignorar o tema da integração bolivariana, mas a burguesia não quer, pois é uma integração dos povos. O Itamaraty é o órgão brasileiro mais escandalosamente eurocêntrico e colonialista, uma diplomacia que não serve aos interesses
brasileiros, e sim aos interesses de Washington, potências dominantes e da Avenida Paulista.

Por que a América Latina não aparece de forma positiva na imprensa brasileira?

A AL não existia na imprensa brasileira há dez anos. Ainda é um desastre. Desastre
porque ela está orientada por uma tríplice determinação a partir da Europa, de forma que a imprensa brasileira não consegue perceber a AL desde suas entranhas, seus intelectuais. O segundo aspecto é que a imprensa está orientada por uma dose de colonialismo. Os três séculos de colonialismo e os dois de subdesenvolvimento determinam uma observação da imprensa sobre o fenômeno latinoamericano que está marcado pela imprensa brasileira. O terceiro ponto é que os que escrevem sobre a AL a desconhecem. O jornal Folha de S. Paulo apenas recentemente tem um correspondente em Caracas. E o máximo que os grandes jornais brasileiros cobriam era a Argentina, a exemplo de Flávio Tavares. É uma característica nas redações que os repórteres não saibam onde fica Belize, o que é o conflito entre Peru e Equador, que ignorem a cultura latinoamericana. Há essa tríplice determinação que é perversa. O jornalismo brasileiro atua numa perspectiva de Washington. Os líderes das nações imperialistas, por exemplo, aparecem na imprensa brasileira como homens genuinamente preocupados com o futuro da humanidade e nunca interessados exclusivamente em manter ou conquistar mais poder para suas próprias nações. Mas é impossível ler em um jornal brasileiro o adjetivo nacionalista para o primeiro-ministro francês ou para o presidente dos EUA, porém é fácil encontrá-lo quando se trata de Evo Morales, Rafael Correa ou Hugo Chávez. Neste caso, fica claro como a ordem unida se faz com perfeição no exercício da liberdade de imprensa: “o presidente nacionalista Evo Morales disse....”, “o ultra-nacionalista Hugo Chávez ordenou...”. Enfim, o tratamento jornalístico dá a impressão que o nacionalismo é uma doença tropical, impossível de encontrar-se nos Estados Unidos, na Inglaterra ou na França.
Entrevista concedida a Úrsula Dias, que gentilmente nos cedeu este material. Publicada no número de maio de 2011 do jornal laboratório Zero, produzido pelo Curso de Jornalismo da Universidade Federal de Santa Catarina. Foto: titaferreira.multiply.com

terça-feira, 29 de março de 2011

A imigração árabe no Rio Grande do Sul


Entrevista de Liane Chipollino Aseff a Marcelo Campos.

Quem eram os imigrantes árabes que chegaram ao Rio Grande do Sul?
Os primeiros imigrantes árabes que chegaram por aqui deixaram o Oriente Médio por volta de 1860. Tinham basicamente a nacionalidade sírio- libanesa, e em menor número os palestinos. Eles deixavam suas pequenas aldeias e povoados, localizados na região da atual Síria e Líbano, chamada naquele momento de Monte Líbano. Os registros oficiais apontam a chegada significativa desses imigrantes aos portos de Montevidéo, Buenos Aires, Rio de Janeiro e Santos. Posteriormente, nas décadas de 1870, 1880 e 1890 essa movimentação iria se acentuar, sendo que muitos desses imigrantes acabaram fixando residência na faixa de fronteira gaúcha, em especial nas cidades de Santana do Livramento e Rivera, Barra do Quaraí, Bagé, Quaraí, Artigas e Chuí.

Como esses imigrantes libaneses e sírios chegaram à fronteira?
Chegavam à região através de cartas e indicações de parentes de suas cidades originárias, que já estavam estabelecidos na fronteira gaúcha. A grande maioria vinha através do Porto de Montevidéo. Eram recebidos por algum parente e logo em seguida viajavam de trem até a cidade em que moravam seus familiares. Ao chegarem nas cidades gaúchas, os imigrantes árabes vivenciaram a solidariedade de seus pares já estabelecidos por aqui. Após uma viagem longa e exaustiva, muitos traziam algum tipo de seqüela da travessia do atlântico. Então, nessa primeira fase da imigração, que vai de 1890 a 1920, aqueles patrícios que já estavam estabelecidos, faziam o ritual do acolhimento aos irmãos no país desconhecido, Fossem sírios, libaneses, ou os raros palestinos e egípcios. O abrigo e orientação nunca lhes foram negados. Recebendo referências sobre os costumes e algumas palavras do idioma local, os viajantes sentiam-se seguros para dar início a sua jornada no sul da América. Essa foi a trajetória comum entre as famílias e descendentes de árabes que residem no Rio Grande do Sul.

Quais os motivos que levaram os emigrantes árabes deixar a região?
Podemos falar de uma série de motivos como o crescimento da agricultura e a diminuição de atividades ligadas ao pastoreio, forçando uma urbanização maior ao mesmo tempo em que aumenta o controle governamental sobre essa população: a administração pública vai dar preferência a camponeses assentados, que pagavam impostos e que estavam sujeitos ao recrutamento militar. Por outro lado, se o aumento dessa urbanização provocou um crescimento populacional, com o declínio das epidemias e da fome, o crescimento econômico favorecia apenas a uma elite que estava ligada ao governo e aos grandes capitais. É um momento de muita desigualdade social, e esse progresso, descontínuo e desigual entre as regiões, classes sociais e grupos religiosos aprofundam o sentimento de busca por alternativas e a emigração.

Houve também motivos políticos e religiosos?
Sim, a rejeição ao domínio turco-otomano alcançou seu auge entre os séculos 18 e 19 Tornou-se mais forte também a disputa entre cristãos e mulçumanos e entre as seitas maronitas e drusas, que viviam na região montanhosa de monte Líbano. Não é por acaso, que a maioria das famílias de pioneiros sírio e libaneses
que vivem hoje no Rio Grande do Sul e especialmente na região da fronteira brasileiro-uruguaia, descende de cristãos maronitas e em menor quantidade de muçulmanos drusos. Também colaborou para isso o fato do império otomano instituir em 1903 o alistamento obrigatório dos cristãos no Líbano para auxiliar a guerra dos balcãs, fazendo com que muitos cristãos maronitas e ortodoxos enviassem seus filhos para fora do país, fugindo dos dominadores otomanos. muitos intelectuais e profissionais liberais perseguidos pelo governo buscaram o exílio nesse momento.
Os palestinos, quando chegaram?
A presença significativa de imigrantes palestinos no Brasil pode-se dizer que irá ocorrer após a criação do estado de Israel em 1948 e nas décadas seguintes, quando o conflito pela disputa do território palestino se acentua. A partir daí toda a faixa de fronteira será escolhida como destino de muitas famílias oriundas da diáspora palestina. No final da década de 60 uma segunda e maior imigração palestina se acentua com a guerra dos seis dias e a ocupação do território por Israel.

O que esses estrangeiros encontraram na nova terra?
Encontraram o que eles passaram a chamar de a terra da promissão, pois tanto nas pequenas cidades do pampa gaúcho como no interior uruguaio, foram ganhando um espaço privilegiado para sua nova profissão de trabalhadores informais, geralmente ligados ao comércio de tecidos, produtos de armarinho e miscelâneas.

Os imigrantes árabes sempre foram comerciantes ?
Muitos fizeram riqueza dessa maneira, mas ao contrário do que se imagina o trabalho no comércio, que invariavelmente começava como mascate, não fazia parte do cotidiano dos sírios e libaneses em sua terra natal. Em seus povoados árabes eles costumavam trabalhar na agricultura. Eram em sua maioria camponeses desabituados com o urbano e o comércio, e tiveram que se reinventar para sobreviver aqui. Os sírios e libaneses que optaram por percorrer as estâncias do interior uruguaio e a fronteira se depararam com um universo distinto daquele que estavam acostumados, embora encontrassem espaço garantido nessa nova profissão de trabalhadores informais.

Como foram recebidos pela população gaúcha ?
A população rural e das pequenas cidades do interior os observava chegar com seus caixotes de mercadorias em um misto de estranheza e fascínio, seja pela vestimenta, seja pela sonoridade da língua, e também pelo exotismo que trazia a simpatia e um certo encanto oriental. O fato é que muitos árabes que vendiam suas mercadorias de campo em campo, de vilarejo em vilarejo, auxiliaram na criação de um novo grupo de consumidores que estava afastado desse universo: as mulheres, os jovens e as crianças.

Como esses imigrantes se consolidaram na terra nova?
Através de muito trabalho e determinação para vencer nesse novo lar. Vale lembrar a importância do papel da mulher árabe no processo imigratório. Enquanto o marido trabalhava fora, geralmente mascateando, a mulher tomava conta da casa, da
família, em muitos casos promovendo alguma atividade que aumentava a renda familiar, garantindo em muitos casos o êxito dos negócios. Na falta da figura masculina, a mulher árabe tomou a frente do compromisso com o sustento da família, muitas vezes cuidando dos negócios. No princípio os árabes sofreram estranhamento e rejeição por parte da sociedade local, sendo imediatamente identificados como turcos. A confusão que tanto desagradou a nação árabe da diáspora tem origem nos passaportes emitidos aos emigrantes pelo império turco otomano que dominou a região até 1918. Para preservar seus filhos deste constrangimento, em alguns casos, foi imposta a segunda geração o afastamento da cultura e raiz árabe. Os descendentes cultivaram a tradição do país que seus pais escolheram para morar, tornando-se cidadãos genuinamente gaúchos. Na fronteira, a maioria das famílias oriundas dos pioneiros sírios, libaneses e palestinos encontra-se estabelecida como tradicionais comerciantes, profissionais liberais autônomos, escritores, artistas. Bem sucedidos, plenamente integrados a cultura pampeana e brasileira.

Atualmente, quantas famílias sírio, libanesas e palestinas vivem no estado do Rio Grande do Sul?
É difícil apontar, pois não existe um censo específico dessas comunidades, mas conforme dados do consulado, que são estimativas, a comunidade libanesa é de aproximadamente 90mil libaneses e descendentes que vivem no estado. Em relação ao número de famílias que deram origem às descendências, o consulado não tem essa informação. Alguns membros da comunidade trabalham com uma estimativa de 600 a 1200 famílias no estado.
Com relação a comunidade palestina, os dados estão defasados, apontam para uma estimativa 25 mil palestinos no estado. Mesmo que não exista um censo oficial sobre a comunidade, a Fepal/ RS, (Federação das Entidades Palestinas no Brasil) trabalha com a informação dos anos 80. Em 2000, acredito que este número subiu consideravelmente, visto os constantes conflitos naquela região e todo oriente médio.

A comunidade árabe vivenciou algum tipo de preconceito?
No início sofreram discriminação e preconceito por sua origem, especialmente no interior do estado e pampa. Eram erroneamente identificados como turcos, ainda existia aquele mito do turco cruel, impiedoso, transmitido em parte pelos cristãos.
Ainda hoje se ouve algumas pessoas usando esse apelido e outras difamações contra a comunidade. Felizmente a maioria da comunidade não árabe tem ótima relação com os descendentes e imigrantes. Embora o preconceito não seja somente para o povo árabe, os preconceitos são seculares, não? Recentemente, após o 11 de setembro de 2001, quando do ataque às torres gêmeas nos estados unidos, houve um retorno a esse tema, com a associação por parte da grande mídia da comunidade árabe em geral, ao extremismo e ao chamado terrorismo.

O que poderíamos falar sobre a miscigenação, a mistura dos costumes árabes com o povo riograndense, a herança cultural que deixaram aqueles primeiros imigrantes?
A herança árabe é uma marca permanente em nosso cotidiano. Está na escrita, na arquitetura, na gastronomia, nas danças e contos populares. O que logo nos aparece à lembrança é a culinária. A comercialização de comidas típicas daquela região, como o kibe e a esfiha hoje são popularmente conhecidas, entre tantas outras. Também os temperos, como a hortelã, o gergelim...o fato é que o universo mourisco perdura e faz parte da nossa identidade brasileira e gaúcha.
Apesar de ainda haver certa dose de preconceito, por conta da desinformação e dos mitos que circulam inclusive na mídia, felizmente a maioria da comunidade árabe tem ótima relação com as demais, em um ambiente de tolerância e diversidade. Seus elementos culturais estão plenamente integrados a identidade brasileira e gaúcha, se fazendo presente na escrita, arquitetura, gastronomia, danças, contos populares e vocabulário. Também não faltam imigrantes e descendentes de árabes e palestinos que se tornaram “fãs” do churrasco e do chimarrão. O chimarrão pode ser considerado uma bebida dos “dois mundos”, pois hoje em dia, tanto palestinos, libaneses e sírios sorvem um mate amargo em seu cotidiano seja de lazer ou trabalho. Alguns historiadores chegam a defender a tese de que a própria bombacha é herança árabe, pois seu desenho teria sido adotado pelos espanhóis do norte da espanha, da região conhecida como “La Maragateira”, chegando à América do Sul com esses imigrantes, chamados de maragatos.

Texto base do programa O Rio Grande em Capítulos, da rádio Guaíba, de Porto Alegre. Este programa teve por foco a imigração árabe no Rio Grande do Sul e foi ao ar em capítulos diários de 3 minutos, entre os dias 13 e 25 de fevereiro.
Fotos: abertura - grupo de imigrantes árabes reunidos sob o obelisco do Parque Internacional, na fronteira Santana do Livramento e Rivera, em 1953 (acervo Samir Kasakka). Passaporte: Documento do imigrante libanês Jorge Adelo Fidelis (acervo Sibia Adelo Bouchacourt). Família - grupo de libaneses reunidos em Rivera, por volta de 1935 (acervo Maria Aseff). Clique na imagem para ampliar.

segunda-feira, 28 de março de 2011

Caligrafia Árabe


Após a revelação do Alcorão, a escrita árabe se consolidou e a caligrafia começou a ganhar um sentido artístico, pois a palavra possuía um caráter sagrado e sua representação gráfica precisava estar à sua altura.

Desse modo, as letras começaram a ganhar belas formas nas mãos dos escribas artistas que se destacaram ao longo dos séculos. A caligrafia árabe expandiu-se especialmente nos países em que houve presença significativa de muçulmanos. Nessas regiões, os calígrafos buscavam desenvolver a melhor criação artística; dessa forma, pintavam e desenhavam, transformando a letra em movimento vital.











De fato, procura mostrar a beleza em formas e movimentos que se expressavam sem dizer. Nesta longa caminhada, a trajetória da caligrafia árabe seguiu dentro e fora da Península Arábica. A caligrafia era utilizada nas sepulturas e nos sítios arqueológicos, nas telas dos museus e em exposições caligráficas.

Os artistas e calígrafos incorporaram a caligrafia árabe, colocando nela corpo e espírito, coração e mente. Já foi dito que, nas artes plásticas mostra outro mundo , com a música, a língua - fotografia e poesia, a consciência. A caligrafia árabe representa o corpo, a alma e os sentimentos desse mundo da arte.


Este texto é uma colaboração do calígrafo e artista plástico libanês, Moafak Dib Helaihel, radicado em Curitiba. Na foto, Moafak e a obra "Caligrafia Árabe", lançado no dia 24 de março, durante o II Festival Latino-Americano de Cultura Árabe.

domingo, 27 de março de 2011