segunda-feira, 3 de dezembro de 2012

ARLINDO COITINHO, y la construcción de la escritura operária

 
                                                                                            Alejandra Rivero
 
El domingo 27 de junio de 2010, Arlindo Coitinho decidió emprender el camino de regreso. Como varios de sus personajes, rescatados por su imaginación del oscuro olvido de la historia cotidiana de esta frontera, cruzó “a tênue linha que separa a vida da morte”. Algunos de ellos, João Bispo, Esmeralda, Flor de Liz, Coruja, Angelito de las Nieves, fueron erguidos a un estatus de permanencia a través de la literatura creada por este “chapeiro”, mientras sus vidas se vieron traspasadas por la pobreza, la aventura y por último la muerte. Arlindo, ser humano, como ellos fueron antes,  experimentó también “a ferroada definitiva da sábia poda da natureza (…) o infinito mistério, o gênio inspirador, a musa da filosofía.”

Arlindo fue uno de los mayores narradores de esta frontera. Paso a explicar este alegato tan contundente. Fue un escritor que supo retratar este lugar y su gente, a los personajes más pintorescos y fronterizos, íconos culturales de este perdido rincón del planeta. Su mirada altamente realista y su identificación total con el mundo ficcional por él creado, le permitieron obtener récords de ventas aquí, en la frontera. “Ele ensinou todo esse povão a ler”, recuerda Sônia Cabeda, su compañera de toda la vida.

Nació en Livramento, en 1942. Se inicia como escritor antes de 1975, año en que comienza a trabajar en Á Platéia (al inicio de la década del setenta escribe crónicas sobre la vida de las personas comunes, que son leídas por él mismo en un programa radial). Incentivan también a la formación del escritor las lecturas de Gracilhano Ramos, Jorge Amado y Érico Veríssimo, de quienes admitía recibir influencias. Elmar Bones (en aquel entonces, director de Á Platéia) reconoció al escritor detrás del cronista policial y le sugirió la publicación de un libro. De ahí nace Segue o baile, en 1981, primero de una serie ininterrumpida de veintiún títulos (hasta el último, O homem da coxilha, publicado en 2004).

Autodidacta, decía escribir en “santanés”, especie de dialecto portugués con profunda influencia del español, probablemente creado por él. En santanés escribió la serie Segue o baile I (1981), II (¿1981?), III (1992, 3era. ed.) y IV (2001), Bichicome (1982) y Estórias do edil Noventino (1991, 2da. ed.), apareciendo más tímidamente en los otros libros. Gozó de mucha popularidad en los 80 y en los 90, a pesar de no ser aceptado por la Academia Santanense de Letras para ocupar una de sus “cadeiras”, pues el realismo de Arlindo Coitinho pegó fuerte en la sensibilidad fronteriza, tanto para bien como para mal.

A lo largo de sus obras se percibe un desfile de personajes (la mayoría pertenecientes a la realidad fronteriza, transformados en personajes de ficción) los que dan vida a un mundo conformado por la ley del “más vivo”, donde el “abombado” o el “coió” no logran una inserción positiva debido a su ingenuidad e inocencia. En el mundo ficcional de Coitinho se construye una sociedad en la que prima la falsedad del lumpen y el mal vivir de los negocios turbios, la prostitución, el juego y el alcoholismo, actitud literaria que refleja un intento naturalista[1] por demás ortodoxo.

El “chapeiro”

“Declaro que não possuo títulos. Aprendí muito cedo a lutar na vida. Fui aprendiz de barbeiro e de sapateiro, balconista, bicheiro, chapa de caminhões de transportes, operário do Frigorífico Armour e da Companhia de Engenharia Sergen”. Así se define Arlindo Coitinho en el prólogo de Caudilhismos, rinhas, machadaços (1987), una de sus obras más importantes. Su escritura también evidencia un trabajo de obrero, que progresa hacia una narración de lenguaje y estilo propio, cuyo afán de mostrar la realidad, que para muchos debería permanecer en el anonimato, transforman a este “chapeiro” en un eximio narrador. Pero hay que destacar rotundamente que la etapa de la “chapa” de sus primeros libros es fundamental en la construcción del escritor.

Con el nombre de “chapeiro” lo define Elmar Bones en el prólogo de Segue o Baile II (¿1981?). El término proviene del acervo popular y designa a aquel parroquiano observador e irónico que, en una mesa de bar o en un lugar público, cuenta una anécdota relacionada con algún personaje conocido de su audiencia (que a veces puede ser él mismo), a la que le confiere un toque de humor y picardía. A aquel cuento humorístico realizado oralmente (y hasta podríamos afirmar, ejemplo de literatura oral), basado en una situación real, exagerado o caricaturizado de tal manera que provoca la risa, Arlindo logró traducir a un lenguaje escrito que intentó representar al real (al que lo definió “santanés”) y crear con esto (valga la osadía de afirmarlo) un subgénero nuevo dentro del género narrativo: el de la “chapa”, relato jocoso de corta extensión que busca recrear a través de la escritura, una situación ridícula protagonizada por personajes reales y, en su mayoría, conocidos directamente por los lectores, cuya identidad a veces se esconde detrás de un nombre ficcional.

Interesante destacar es que en todos los libros de Arlindo en los que el narrador es un “chapeiro”[2], la escritura es acompañada por charges que recrean las “chapas” contadas. El impacto gráfico de la charge es similar al de la escritura de la “chapa”: la condensación anecdótica de ambas intensifica el humor, destacando lo ridículo de la situación y la agudeza de la observación. El acompañamiento gráfico de la escritura (charges en las “chapas” y dibujos en varias novelas y “romances”) es constante en la obra de Coitinho; podríamos hasta decir que es un rasgo caracterizador de su producción.

Bichicome: el primer “best seller”

El caso de Bichicome (1982) es muy particular. Es su primer proyecto literario más ambicioso, en el que se percibe el intento de elaboración de una trama novelística más estructurada, pero aún dentro del relato jocoso y pintoresco. Su autor lo denomina “estorieta” y acá lo definiríamos como una chapa dividida en diecisiete segmentos (que podríamos llamar capítulos), de los que algunos tienen nombre. Sería la obra de Arlindo en la que la chapa logra su máxima expresión, tanto en el desarrollo de la anécdota como en el trabajo de los personajes, además de mostrar al santanés como en ninguna de sus demás obras.

En su carátula aparece impreso un documento de identificación con la foto de quien será su protagonista: Angelito de las Nieves, cambista de la línea divisoria, del que se cuenta que logra una fortuna fugaz a través de negocios turbios. Su destino se verá entrelazado al de Coruja, personaje típico de la frontera, cuyo nexo estará dado por el rechazo que sufrió la hija de Angelito por parte de su prometido. Esta anécdota sirve de hilo conductor a las diecisiete “acuarelas” que muestra el chapeiro en su relato, cada una de ellas elaborada con principio, medio y fin. Consisten en casos acontecidos a y realizados por los protagonistas y que gozan de una cierta independencia, rasgo de entre varios que hace con que esta obra sea incluida dentro del subgénero de la chapa.

Aunque sea una chapa, este libro no posee charges o dibujos como paratextos en el discurrir de su narración. No obstante, su carátula, como ya se dijo, muestra una ilustración que representa un documento de identidad de quien sería Angelito de las Nieves (seguramente un personaje real, oculto detrás de ese nombre de ficción), además de otro personaje retirándose a hurtadillas, con una sonrisa en los labios, que interpretamos ser Coruja. En las obras de Arlindo, el material gráfico guarda estrecha relación con el sentido del texto y, en este caso, aunque la escritura no se vea acompañada de tal representación, esta carátula proporciona al lector pistas suficientes acerca del contenido del libro, además de mantener la característica de las obras de Coitinho en lo que se refiere a la necesidad de incluir la comunicación por imágenes.

Otro factor importante y que es digno de ser destacado: al inicio del libro Bichicome, se apunta una definición del término conjuntamente con su etimología inglesa:

BEACH-COMBER – ONE Who lives on What he can fin or beg on beaches or Warf areas. 2. A long have rolling in Toward a beache. (Sense 2, from comb, in the sense “to break with foam”).

BICHICOME: Inadaptado social, que vive sin hogar permanente, protegiéndose como puede de los rigores del clima. Anda siempre andrajoso y carece de hábitos de trabajo. Paria. Do dicionário de Lenguaje Rio Platense – Juan Carlos Guarnieri.(Coitinho 1982: 9)[3]

Esta “necesidad lingüística” del narrador demuestra su intención de destacar este aspecto en su obra. Nos trasmite la información de que el lenguaje será también uno de los protagonistas de su(s) historia(s).

De “chapeiro” a novelista

Podemos afirmar que la escritura de Arlindo Coitinho nace como la de un chapeiro y crece hasta llegar a ser la de un narrador de novelas y “romances”. También es cierto que nunca abandona la chapa, sino que incursiona en ella de manera simultánea con los demás subgéneros. Pero las novelas y “romances” pasan a ganar una importancia preponderante en los intereses narrativos del escritor hasta constituirse en la producción más importante de su creación. En este ámbito, la tradición literaria de su país (Jorge Amado, Gracilhano Ramos, Érico Veríssimo) y extranjera (Oscar Wilde, Emile Zola, Ernest Hemingway) se hará presente en su obra de alguna u otra manera. Dicha tradición sustentará su postura de escritor popular que busca llevar la literatura al pueblo y que, para ello, debe escribir así como el pueblo habla y, al mismo tiempo, dar a conocer a ese pueblo un poco de la literatura universal.

Mientras que en la chapa los personajes, situaciones y ambientes transcurren en el tiempo presente de su creación (décadas del ochenta y noventa), las novelas y “romances” se trasladan al pasado, a la frontera de entre los años veinte y cincuenta, época representada como áurea, casi de una Arcadia perdida, pero también de mayor barbarie y perdición. Inicia rotundamente esta etapa el libro João Bispo, publicado en 1985. En él se evidencia una escritura extremadamente cuidada, un poco más alejada intencionalmente del santanés (salvo palabras de algunos personajes), por ende más cercana al portugués estándar local, pero con una impronta particular de narrador que pretende mantener la etiqueta de “fronterizo”. Se puede considerar a este libro una de las mejores piezas de la producción literaria de Coitinho.

También se inaugura con João Bispo (1985) la etapa del escritor investigador, actitud relacionada con su profesión (aprendida en la experiencia) de periodista. Arlindo recoge material acerca del bandolero bahiano de los años veinte, João Bispo, que huye de su tierra de origen por asesinatos cometidos, y que  lleva consigo a una joven compañera, Esmeralda, perteneciente a una familia acaudalada de Porto Alegre, lugar donde João Bispo se refugia en una primera instancia. Allí, el malhechor recibe la información de que la frontera Livramento-Rivera representaría el fin de su existencia de forajido, ya que podría cruzar hacia otro país (Uruguay) sin ser descubierto y así lograr su libertad e iniciar una nueva vida junto a su compañera. Estando ya en la frontera, su error fue creer que en Livramento estaba en Uruguay (debido a la inexistencia de parámetros explícitos que indiquen la frontera) y su permanencia en la ciudad dio lugar a que la policía santanense recibiera la información necesaria para su apresamiento. Al ser descubierto, entonces, y ser herido de gravedad en medio de una balacera (en las inmediaciones de lo que sería hoy el edificio de la empresa “Sétimo Nochi”), João Bispo decide matar a su compañera y suicidarse para no ser llevado a prisión. Al pasar el tiempo fueron santificados por el pueblo y sus espíritus recibidos periódicamente en el terrero de Mãe Eudócia.

Aunque el libro se estructura en base a esta anécdota, la misma constituye un telón de fondo para lo que verdaderamente el narrador quiere destacar: la vida fronteriza de aquel momento, el submundo del “malandrage”, las prostitutas, los “bixas” y los cabarés, los policías corruptos y los coroneles déspotas (dueños de las tierras y de las vidas), del pobrerío subsumido en el mal vivir, de los “coiós” que quieren evolucionar y transformarse en “vivos”, de los “agiotas” y los ricachones de negocios turbios, de las pensiones sucias y de mala muerte o sea, todo el lumpen fronterizo, el mejor anfitrión para un personaje de la talla de João Bispo. No así para Esmeralda.

Esmeralda es un ejemplo de las “heroínas” de Coitinho. En medio de toda la decadencia social y humana que busca representar este escritor, ellas sobresalen por su candor, inteligencia y bondad. Poseen intereses superiores, les gustan las artes y la lectura (Esmeralda lee, a escondidas de su padre, varias obras de Zola); en fin, representan a seres humanos idealizados, al estilo romántico. Sus proyectos siempre son truncados, principalmente por culpa de sus compañeros o enamorados. Esmeralda, en su visita (sin la compañía de João Bispo) al terrero de Mãe Eudocia, llora su suerte en la tierra y su belleza se ve resaltada por un largo vestido celeste y los ojos como estrellas. Otro ejemplo de las “heroínas” de este autor es Angélica de Caudilhismos, rinhas, machadaços (1987). Es casada con el español Esteban Munhoz de Arcádia, uno de los poderosos de la frontera de los años treinta, pero está enamorada de Federico Louzada, abogado que ha decidido denunciar la situación decadente de las autoridades de Livramento y de su estado. Es descripta con una belleza a la europea: cutis blanco, cabellos rubios y ojos azules, características que la hacen, justamente, angelical. Intenta convencer a su enamorado de abandonar todo e huir con ella, pero su idilio (nunca descubierto) culmina con la muerte violenta de éste.

Palabras finales

Referente al universo literario de Arlindo Coitinho (infinitamente más rico de lo que esta pequeña muestra pueda ofrecer), presentamos aquí un esbozo de los que consideramos principales ejes creativos de su producción literaria y que constituyen, para nosotros, los puntos de partida de una futura investigación. La riqueza cultural y literaria que ofrecen los diferentes libros de Coitinho y su obra en conjunto, reivindican su reconocimiento como uno de los principales escritores de la frontera Livramento-Rivera. Aunque chapas y chapeiros existan por todas partes, la creación literaria de la chapa y de la actitud narrativa del chapeiro deben serles otorgadas, sin lugar a dudas, por su osadía de llevarlos a la escritura y por el coraje de su publicación. Coraje que recibió un merecido reconocimiento en su tiempo, pero también un rotundo olvido a lo último.

En la construcción de su escritura operaria se observan altos y bajos, grandes creaciones y también repeticiones, complejidades y simplicidades, contradicciones. Claro está, ya que, y parafraseando al gran poeta norteamericano Walt Whitman, al tocar sus libros tocamos a un hombre.

 

Rivera, 30 de noviembre de 2012



[1] Referencia al movimiento artístico europeo del siglo XIX.
[2] El caso de Bichicome (1982) es diferente. Lo hablaremos a continuación.
[3] Mantengo la escritura del original.
 
 
Texto apresentado na III Feira Binacional do Livro, pela pesquisadora da literatura fronteiriça e professora do CERP - Centro Regional de Professores del Norte, Alejandra Rivero.

Um comentário:

  1. Um grande escritor fronteiriço, original, q sempre priorizou a vida dos desgarrados, marginalizados que estavam nas periferias da cidade. parabéns Alejandra Rivero, por sua pesquisa vigorosa e valente da obra deste autor, discriminado e esquecido pela elite acadêmica de Santana e do RS. Ainda bem q temos uma amante uruguaia binacional, que, apaixonada pela sua obra determinou-se em pesquisar a obra de nosso querido Arlindo Coitinho. Também temos q lembrar de sua fiel companheira e admiradora, Sônia Cabeda, que em todos os bons e maus momentos esteve a apoiá-lo, assim Arlindo conseguiu inscrever seu nome na literatura rio grandense.

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